¿Combinaciones fijas o individuales de analgésicos? Un análisis detallado

Se define como combinaciones de dosis fija a aquellos medicamentos compuestos por cualquier combinación de fármacos o productos biológicos en una sola unidad de administración (comprimido, gragea, ampolla, etc.) El principio científico que básicamente puede justificar la utilización de estas asociaciones es la sinergia farmacológica, entendiéndola como que el efecto total de la acción conjunta de distintos medicamentos es mayor que la suma de los efectos tomados independientemente. Deben emplearse sólo cuando se ha demostrado que ofrecen más beneficios que los compuestos administrados por separado, en efecto terapéutico, en seguridad y/o en conveniencia y adherencia. ¿Combinaciones fijas o individuales de analgésicos? Un análisis detallado

¿Combinaciones fijas o individuales de analgésicos? Un análisis detallado

Para que la asociación de fármacos sea adecuada del punto de vista farmacológico, deben actuar por diferentes mecanismos de acción, la farmacocinética de cada compuesto no debe variar significativamente y la combinación no debe tener toxicidad aditiva. Las principales desventajas de estos medicamentos son que no es posible cambiar la dosificación de uno solo de los compuestos, que las diferencias farmacocinéticas entre ellos puede generar un problema en la frecuencia de administración del medicamento.

En el listado de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se incluyen como ejemplos racionales de combinaciones de fármacos a algunos antibióticos (TMP-SMX, amoxicilina-clavulánico, antituberculosos), antirretrovirales, antiparkinsonianos, anticonceptivos orales y hierro asociado con ácido fólico.

En cuanto a los analgésicos, las combinaciones son de gran interés e importancia. Por una parte orientadas a evitar o disminuir el consumo de opioides y por la otra para controlar estados de dolores complejos. Los trabajos pioneros en el área fueron realizados por el doctor R. W. Houde y colaboradores, quienes en la década de 1960, comenzaron a evaluar la eficacia analgésica de estas combinaciones. Las primeras experiencias fueron realizadas con aspirina y morfina.